Envió mensaje al numero equivocado y terminó con final feliz
Cuando tenemos hambre no podemos detenernos a pensar, actuamos fríamente y de manera impulsiva. Si vemos un anuncio con el teléfono para ordenar comida, marcamos y ya está, es lo natural ¿O caso habrá gente que se detiene para investigar antes? ¡Claro que no!
Eso fue lo que le sucedió a un chico con mucha hambre y otro con muy mal humor, que de buenas a primeras recibió un par de llamadas incómodas, lo que sucedió al final es realmente genial.